martes, 2 de diciembre de 2014

Gracias

La diferencia con el resto de momentos en los que te pensaba, es, básicamente, que ahora ya no pienso en ti de manera buena, me vienen a la cabeza todas y cada una de las mentiras que encendían tus palabras; haciéndome incluso recapacitar y preguntarme cuántas más mentiras intentabas colarme.
Ahora soy más desconfiada de lo que lo era ya antes, pero debo de agradecértelo puesto que puede ser que se me tache de tonta una vez, pero no más. Me has recordado que las palabras se las lleva el viento y que pase lo que pase ahora voy a tirar para delante con la sonrisa más grande posible y sin mirar atrás.

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