sábado, 6 de diciembre de 2014

Reflexiones II

Llevo varios días queriendo soltar todos los pensamientos que abarcan mi cabeza, pero por desgracia llega un momento en el que no me salen las palabras o si, pero no llegan a cuajar tal y como me gustaría. Las lágrimas no son el desahogo suficiente cuando no tienes palabras que describan tus sentimientos; esa mezcla de tristeza, rabia y el preguntarse "¿por qué a mi si no he hecho nada malo?".

Desde que me dijeron "nunca dejes de escribir" he hecho todo lo contrario, y no especialmente por gusto, pero es que mi vida ha dado un giro de 360º, algo más tirando para mal que para bien, pero siempre podría ser peor, o eso creo... Hay muchas situaciones, que hace un par de meses eran habituales en mi vida, que me gustaría retomar y para que me hicieran salir de esta nueva rutina tan extraña llena de pequeñas espinas que se me clavan a cada paso que doy para intentar hacer algo nuevo que lo intente mejorar todo.


martes, 2 de diciembre de 2014

Gracias

La diferencia con el resto de momentos en los que te pensaba, es, básicamente, que ahora ya no pienso en ti de manera buena, me vienen a la cabeza todas y cada una de las mentiras que encendían tus palabras; haciéndome incluso recapacitar y preguntarme cuántas más mentiras intentabas colarme.
Ahora soy más desconfiada de lo que lo era ya antes, pero debo de agradecértelo puesto que puede ser que se me tache de tonta una vez, pero no más. Me has recordado que las palabras se las lleva el viento y que pase lo que pase ahora voy a tirar para delante con la sonrisa más grande posible y sin mirar atrás.